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Arquitectura y Arte
La propuesta para un concurso público en Marratxí consta de dos edificios de 12 y 22 viviendas. La identidad y la coherencia del proyecto residen en el uso de los materiales y en la distribución de plantas formadas por celdas conectadas sin pasillos, iluminadas y ventiladas por patios. La singularidad de cada bloque viene dada por la posición y el entorno de las parcelas, que determinan que se acabe adoptando una tipología específica y diferente en respuesta a su naturaleza urbana.
El primer bloque se situa en el encuentro de dos calles y su altura es de planta baja más dos pisos. Las prioridades son la equidad de las viviendas a pesar de las distintas orientaciones y una volumetria que, salvaguardando la privacidad, permita leer claramente la esquina integrada en el tejido urbano.
Las viviendas se organizan en abanico en torno a un gran patio en el extremo interior del solar, adonde dan los dormitorios. En la esquina se ubica el núcleo de acceso. La circulación se distribuye a través de pasarelas que configuran la fachada y representan un filtro hacia la calle.
Dentro de la planta, dos patios menores sirven para ubicar las cocinas en el centro de cada vivienda, procurando la interacción de las familias con este espacio y aumentando la superficie de fachada interior.
El segundo bloque es una pieza longitudinal de planta baja más uno. La calle y una medianera forman el perímetro de la parcela.
Para responder al contacto con el volumen contiguo, el edificio se separa del límite con un pasaje exterior, duplicando la superficie de fachada y configurando un espacio comunitario más privado que la calle. La condición semipública del pasaje facilita su ocupación con mobiliario, proyectándose como una extensión de los espacios interiores.
Debido a la falta de altura, se evita el esquema clásico de plantas tipo con núcleos de circulación. El volumen se conforma a partir del encaje de diferentes tipologías, algunas en planta baja y otras en dúplex, hecho que permite el acceso directo desde la calle a cada vivienda. Junto a las variaciones entre la planta baja y la primera, esto atribuye a las viviendas una domesticidad más propia de una casa que de un bloque de pisos.
La pieza se divide en módulos, y cada uno gira alrededor de un patio. La posibilidad de abrir y cerrar estos patios durante el año los convierte en chimeneas de refrigeración en verano y en calentadores de aire en invierno. El aire, además de templar las fachadas, se conduce por un sistema de recuperación de calor y ventiladores.
Localización:
Marratxí, Mallorca
Superfície:
733,80 m2 + 1.488,20 m2 construidos.
Cliente:
IBAVI.
Concurso de ideas para un anteproyecto de 26 y 12 viviendas de Protección Pública.
Período:
2020 (No realizado).
Fotografía:
Nøra Studio.
Nøra Studio
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